miércoles, 14 de septiembre de 2011

Partida a Kaunas

Las 3 de la madrugada y sin poder dormir en un autobús que atraviesa el báltico desde Tallinn a Vilna nuestros corazones se van acelerando a medida que nos acercamos a nuestro destino, el Eurobasket. Atrás dejamos Torres medievales, fotos de postal por todos los rincones, taxis piratas gestionados por turcos, medias maratones y aeropuertos a los que se llega andando.

Helsinki también se queda ya en el recuerdo, tras un día completito allí, reno, frío y sauna era lo que necesitábamos para cumplir objetivos, y los cumplimos a medias, el reno probado en tapita, más no se podía, que estos Helsinkeños son un poco careros, la sauna en lunes cerrada, y encontrar otra se antojó imposible, por lo menos nos pateamos todo el pueblo en su búsqueda y eso que nos llevamos, y el frío… como en Burgos, una falacia, tampoco es pa' tanto, la lluvia nos jodió un poco más, que nosotros somos muy de secano. 

Llega la hora de la verdad, para lo que veníamos en un principio, viene eso que tanta ilusión nos hacía en un principio, aquello en torno a lo cual se planteó el viaje completo, lo que le da nombre al blog, por lo que nos hemos hecho camisetas, buscado disfraces, y pegado por entradas… y curiosamente ahora nos planteamos en ponernos precio y costearnos medio viaje a costa de esos lituanos locos en busca de las entradas de cuartos de final que nosotros tenemos desde hace meses. Una vez que estemos entre 14000 lituanos en el Kauno Arena me da que no vamos a ser capaces de ponerle precio a nuestras entradas e ilusión.

Tras casi perder a Diego en Riga, vuelvo a intentar buscar la postura en el autobús, que hay que estar descansado para animar a la selección a las 17horas (hora extremeña) con nuestros flamantes tricornios.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Vilnius y Tallinn: baloncesto & turismo

Transcurrió nuestro periplo en Vilnius con luces y miedos. Poco ambiente de Eurobasket, o quizá menos que el deseado, excepto aquello referente a los anfitriones. Accedimos el primer día comprando una entrada a un georgiano por dieciséis litas para un Eslovenia - Grecia; con el mismo regusto que están dejando: fríos, pero con una decisión tomada, ver el partido de Ispanija contra Serbija (o lo que algunos medios llamaban revancha) Obviamente, y como todos saben, mereció la pena. Fila dos, centro de pista, ruido de parqué y balones, leer los labios a Navarro, llamadas desde casa; salimos en la tele. Victoria contundente y coral. De postre un Turquía - Alemania con un pabellón cada vez más lleno de lituanos. A la salida, reventa, o mejor dicho, un local dispuesto a comprar cualquier papel con el emblema oficial del campeonato. Hecho: optimización de recursos.

Vilnius. ¿Qué decir de Vilnius? Del turismo gastronómico caminante que realizamos podemos destacar los zepelín de patata rellenos de carne, la enorme Plaza de la Catedral y la anciana del pasaporte CCCP. Aparte queda el yonki trilingüe, "qué día celebra su País la Independencia", el sistema bonobús o miccionar de propio miedo en la estación.

Y sin embargo, Tallinn, otra maravilla del Báltico: una foto nos espera en cada esquina. Medieval, nórdico, amable. Y como cada plan no está completo sin la improvisación, Don Francisco decide correr una media maratón que coincide con nuestra estancia por estas tierras, sin conocer el recorrido, sin entrenar en varios meses, zapatillas del Maxima por seis euros a estrenar y de dos tallas menos, calzonas de saldo y la camiseta de Castra Servilia para hacer notar nuestra presencia: challenge accepted. El ciento diecisiete de mil doscientos ochenta participantes. Fácil, pero mejor no contamos las posturas de Chiquito (eso queda en la intimidad de la épica)

Hoy llega el tercer personaje en discordia. Qué Ceres nos proteja.

Cuídense.