miércoles, 17 de agosto de 2011

Porte y Sentido

Si en la simbología personal de apariencias existen partes por la que identificar el todo, la barba descuidada representa al recio ancestro humano: atávico, rudo, primario. Y el idólatra que habito, obviamente, rige la admiración por algunos de ellos.

Hechos: Infancia.

Crecer con la imagen desesperada de un hombre barbudo que soluciona los problemas a mamporros, siempre marca. Mejor aún, en un halo humorístico resuelve disputas sin querer, corrige desavenencias y determina su ley.




Hechos: Épica.


La honra al líder caído, la unión de un grupo de amigos, la mesura de un hijo a su padre. Sucedió en Saitama, y sin embargo, un pedazo de nosotros viajó figuradamente con ellos; fuimos partícipes del éxito, reímos satisfechos, vivimos en sueños.



Hechos: Paradigma.

El lado salvaje de la adrenalina te impulsa a levantarte ante actos de fuerza bruta; más a identificarte con ese "L'homme des Cavernes": personaje excéntrico, héroe del contraglamour, antonomasia de la tosquedad.
http://www.youtube.com/watch?v=yfrEeWS3_Ss



Corolario: Feel the beard.

Y desde el País Extremeño, camino a Lietuva, mi barba, el idólatra y yo, acompañados de dos imberbes informáticos aconteceremos la experiencia del Eurobasket. Qué Ceres nos proteja.